Colgar cosas excesivamente no parece nunca una buena idea. Rompe con el paisaje general doblando demasiado la soga, tensandola, casi rompiendola.
La nota al final hace su aparición como recurso.
Sí, en vez de incluir citas, acotaciones y llamados en el cuerpo de mi ensayo, opto por referenciar conceptos, conceptualizaciones, etc en forma de nota al final del documento.
Si siempre hubiese sabido que un ensayo puede ser algo tan estetico, hubiese escrito mejores ensayos. Aunque, por otro lado, es una belleza facilmente consumible. Sí, parece tener algo de esas crónicas televisivas pero realizada de un modo más elevado.
Conexiones, relaciones, juego abierto a interpretaciones. Ahora hablo de los ensayos de Italo Calvino. Ensayos donde la estética y la narración parecen no perder cuidado a la orden de la fascinación.
Ensayos que dan la impresión de hablar de cualquier cosa como fascinado, como lo mejor del mundo, como mágico o misterioso. ¿De qué hablamos? ¿Qué orden le damos? ¿Qué pretendemos? ¿De qué nos vanalgloreamos?
Ensayos que se ponen a la orden del cuerpo del texto.
Una construcción tal que no permitiría que uno se deprima demasiado mostrando las páradojas de ciertas ideas, pero que al fin, por cómodas, conocidas o bien contadas, no terminan por ser demasiado chocante.
Amable. Un modo amable. De finas descripciones, reflexiones, con marcas, ideas que juegan con aquello que conocemos todos.
Amable. Un modo amable. De un lenguaje justo y concreto. Palabras fáciles de leer en la que de vez en cuando se cruza alguna de esas que nos hacen acordar que hay alguien "formado" que ya tuvo esa hoja en mano.
Paradojas de la vida. Pero lindas, con humor. De las que caen bien.
vendredi 27 juin 2008
jeudi 26 juin 2008
acerca del ensayo y otras enfermedades
Aunque no quiera vuelve a salir así. Encontrar el desafío de encontrar otro camino. Uno distinto. Pero no, vuelve a salir parecido. Supongo que es una limitante.
Intentar dar cuenta de aquella subjetividad profunda/espíritu de época logrando conceptualizar ciertos, justamente, conceptos repetidos impertinentemente, parece un buen tema, y coherente, para el ensayo que le dará cierre a un cuatrimestre de trabajo.
Releo algunas entregas anteriores y me gustan. Encuentro eso de lanzar una idea, una apuesta e intentar desarrollarla, seguirla, exprimirla o argumentarla. A su vez, contar algo.
Este nuevo intento, cruzado por otras circunstancias, se encuentra más acotado y controlado. Con algún otro perfil. O al menos eso creo, o eso encontraría en un desarrollo certero.
Resulta un intento distinto.
No creo haberlo logrado.
Paradójico resulta plantearse algunas ideas acerca de ritmo, estilo y formas cuando apenas me estoy encontrando y trazando amistades con la escritura.
Paradójico resulta plantearse y plantarse como lector en un texto, cuando apenas me estoy encontrando y trazando amistades con la lectura.
No encuentro parecido en otros ensayos realizados por mi mano y parezco reciclar acotaciones de otro docente.
No parezco estar de acuerdo con los ensayos propuestos en la materia. No me encuentro demasiado en ninguno de ellos. Hay cosas que me gustan. Sí, pero no el rango de lo que suelo o me gustaría escribir.
Definitivamente no estoy de acuerdo con Flusser acerca de esa división entre el tratado y el ensayo. Aunque si me gusta, disfruto y creo un buen recurso aquello de plantear dicotomías que tal vez no son tales como para entrar en la discusión (luego hay tiempo para negociarlo). Aunque no me gusta esa especie de arrugue en oraciones continuas.
No creo que la cuestión del ensayo o el tratado sea una cuestión de persona, decisiones o formas de tratar un tema. Creo en el ensayo aquella forma de escritura académica plenamente vinculada a ciertos espacios. Quizás aquéllos pertinentes y que den permiso a otra mirada (no una mirada otra, otra mirada) y la innovación en un asunto.
Se encuentra en el ensayo aquél lugar donde poder escribir con rigores sin que sea una acumulación de datos. Plantearse dar algo más con la escritura, lograr una lectura y un juego más allá de las letras con palabras y tiempos elegidos y sugeridos. O no, con la verborragia, desarrollada con una conjugación particular de verbos, que plantean ciertos asuntos de los más indignantes o intensos.
El ensayo supone varias construcciones. Desde un objeto hasta un escritor. Y la escritura. El escribir es una construcción. Una idea es una construcción, y creo que se puede lograr la espontaneidad mediada con otros factores en un ensayo. Y a su vez, aquél ensayo puede tener pretensiones de verdad y alcance. Y las puede lograr.
No es no hacerse cargo, es respetar ciertas “costumbres” para lograr romper con otras. Llegar a un acuerdo simple para introducir una idea compleja, algo chocante o novedoso. Un nosotros impersonal acostumbrado y que relaja al lector que le puede traer una visión particular de (o de quienes) quien firma.
Intentar dar cuenta de aquella subjetividad profunda/espíritu de época logrando conceptualizar ciertos, justamente, conceptos repetidos impertinentemente, parece un buen tema, y coherente, para el ensayo que le dará cierre a un cuatrimestre de trabajo.
Releo algunas entregas anteriores y me gustan. Encuentro eso de lanzar una idea, una apuesta e intentar desarrollarla, seguirla, exprimirla o argumentarla. A su vez, contar algo.
Este nuevo intento, cruzado por otras circunstancias, se encuentra más acotado y controlado. Con algún otro perfil. O al menos eso creo, o eso encontraría en un desarrollo certero.
Resulta un intento distinto.
No creo haberlo logrado.
Paradójico resulta plantearse algunas ideas acerca de ritmo, estilo y formas cuando apenas me estoy encontrando y trazando amistades con la escritura.
Paradójico resulta plantearse y plantarse como lector en un texto, cuando apenas me estoy encontrando y trazando amistades con la lectura.
No encuentro parecido en otros ensayos realizados por mi mano y parezco reciclar acotaciones de otro docente.
No parezco estar de acuerdo con los ensayos propuestos en la materia. No me encuentro demasiado en ninguno de ellos. Hay cosas que me gustan. Sí, pero no el rango de lo que suelo o me gustaría escribir.
Definitivamente no estoy de acuerdo con Flusser acerca de esa división entre el tratado y el ensayo. Aunque si me gusta, disfruto y creo un buen recurso aquello de plantear dicotomías que tal vez no son tales como para entrar en la discusión (luego hay tiempo para negociarlo). Aunque no me gusta esa especie de arrugue en oraciones continuas.
No creo que la cuestión del ensayo o el tratado sea una cuestión de persona, decisiones o formas de tratar un tema. Creo en el ensayo aquella forma de escritura académica plenamente vinculada a ciertos espacios. Quizás aquéllos pertinentes y que den permiso a otra mirada (no una mirada otra, otra mirada) y la innovación en un asunto.
Se encuentra en el ensayo aquél lugar donde poder escribir con rigores sin que sea una acumulación de datos. Plantearse dar algo más con la escritura, lograr una lectura y un juego más allá de las letras con palabras y tiempos elegidos y sugeridos. O no, con la verborragia, desarrollada con una conjugación particular de verbos, que plantean ciertos asuntos de los más indignantes o intensos.
El ensayo supone varias construcciones. Desde un objeto hasta un escritor. Y la escritura. El escribir es una construcción. Una idea es una construcción, y creo que se puede lograr la espontaneidad mediada con otros factores en un ensayo. Y a su vez, aquél ensayo puede tener pretensiones de verdad y alcance. Y las puede lograr.
No es no hacerse cargo, es respetar ciertas “costumbres” para lograr romper con otras. Llegar a un acuerdo simple para introducir una idea compleja, algo chocante o novedoso. Un nosotros impersonal acostumbrado y que relaja al lector que le puede traer una visión particular de (o de quienes) quien firma.
mardi 24 juin 2008
Inteligentemente atras de la cortina
John Berger
Fotografías de la agonía
Construcción de un objeto.
Anclaje.
Datos.
Pregunta inicial.
Juegos con el sentido común, las deformaciones de sentido común y lindos estereotipos de pensamientos a los que presenta como dicotomicos para luego concluir que no lo son. Recursos.
Otra vez, presentar y acercarce.
Gran recurso gran el del juego y la ambivalencia entre lo cotidiano, las sensaciones y los sentimientos. Gran recurso gran que es díficil de discutir y casi imposible de desestimar desde ese ya alejado en el tiempo fuerte advenimiento de la psicología.
Traer elementos. Acercarlos. Arraigar situaciones en otra. Entrar en discusiones fuertes desde un costadito. Dejar aristas.
Otra vez, ideas de fondo que se convierten en fin: en lo que se quiere desplegar.
Alclar entre líneas.
Plantar y cocechar paradojas. Verdad mímesis, verdad otra.
Respuesta a la pregunta inicial.
(Sé que hay gente que las ignora, pero sobre esa gente no hay nada que decir.)
Esmoquin y pensarse elegante
John Berger
El traje y la fotografía
Presentar un tema para luego, y hasta con algo de resquemor, citar un autor de relevancia para ir construyendo un objeto.
Reconocer ciertas limitaciones acotando y quitandole aquél gusto del buscar un todo, aunque todos sabemos que no, en un seguimiento de palabras.
Contruir un objeto y fortelecerlo.
Presentación y desglozamiento.
Preguntas que guían y obligan a seguir un razonamiento induciendo pasos a seguir.
Experimentos inducidos que sugieren un resultado. Experimentos inducidos que no buscan ser experimentados.
Personalmente, prefiero la parte del pensamiento. En el que el objeto se convierte en una simple excusa para desplegar un "algo más".
Ideas acerca del funcionamientos de las ideas. Experimentación con el pensamiento. Juego.
La foto un indicio de la hegemonía de clases. Rasgos de la lectura y el mirar. El encontrar un algo que se busca contar. También podriamos hablar de como se acomoda la gente según su ego y personalidad en frente al siempre cruel ojo de la máquina.
Lindo juego entre lineas implicitas, pensamientos bien guiados y fuertes conceptos explicitados sin ningún tipo de vergüenza.
¿La persona? Un yo.
"Los caballos sudan, los hombres transpiran y las mujeres brillan."
Por san pupitre (y le pongo punto al título).
Y el boludo dobla en "u" y me choca. Encuentra en la parte trasera derecha de mi guardagolpes un buen lugar donde apoyar su extremo delantero izquierdo.
Y sí: yo sigo un poco, pongo la baliza y freno. Pero él siguió, no como si nada, como escapando.
¿No puede comprender aquél sujeto que se estrello con un individuo cerca de las diez y media de la noche que está despierto desde las siete?
Calzada, Burzaco, Calzada, parada del 177. Casa. Sillón y desayuno. Nesquick. No galletitas, sólo nesquick.
Un sujeto que descubre que su vida no va a ir para ningún lado. Que incapaz de de contruir un lugar crea un falso espacio en una puta técnica. Espacio que se cae, se despedaza, con la ayuda de las corrientes que deberían dar una mano.
Entre que yo soy muy boludo y no estoy demasiado seguro de que no vanagloriamos, la condena parece clara a destinar una vida a un trabajo que se convierte en drama existencial al encontrarme dedicandole, mi vida, mi tiempo y todo lo mío sin un objetivo claro. No, aún peor, como un objetivo claro: conseguir dinero para comer y comprar algunas ciertas cosas que parecen la vida.
¿Cómo pensar en las teclas del teclado si no se entienden bien esas grandes cuestiones de la soledad, los amores, el trabajo, la existencia o no de un Dios y aquellas bellas y excitantes cuestiones?
Plantear un texto dónde todo tiene estar claro, explícito, seguir una línea y contenerse en una estructura.
¡Por San Pupitre! Otro intento que debería terminar en "vayanse todos a la concha de su madre".
Y sí: yo sigo un poco, pongo la baliza y freno. Pero él siguió, no como si nada, como escapando.
¿No puede comprender aquél sujeto que se estrello con un individuo cerca de las diez y media de la noche que está despierto desde las siete?
Calzada, Burzaco, Calzada, parada del 177. Casa. Sillón y desayuno. Nesquick. No galletitas, sólo nesquick.
Un sujeto que descubre que su vida no va a ir para ningún lado. Que incapaz de de contruir un lugar crea un falso espacio en una puta técnica. Espacio que se cae, se despedaza, con la ayuda de las corrientes que deberían dar una mano.
Entre que yo soy muy boludo y no estoy demasiado seguro de que no vanagloriamos, la condena parece clara a destinar una vida a un trabajo que se convierte en drama existencial al encontrarme dedicandole, mi vida, mi tiempo y todo lo mío sin un objetivo claro. No, aún peor, como un objetivo claro: conseguir dinero para comer y comprar algunas ciertas cosas que parecen la vida.
¿Cómo pensar en las teclas del teclado si no se entienden bien esas grandes cuestiones de la soledad, los amores, el trabajo, la existencia o no de un Dios y aquellas bellas y excitantes cuestiones?
Plantear un texto dónde todo tiene estar claro, explícito, seguir una línea y contenerse en una estructura.
¡Por San Pupitre! Otro intento que debería terminar en "vayanse todos a la concha de su madre".
samedi 21 juin 2008
¿Por qué nunca tuvimos pajaritos?
Poner el culo en la silla y en un tiròn tener buena parte del total de las palabras que apareceràn luego acumuladas en un "ensayo", me cae bien. Podría decir que es "PRO".
Indudablemente cuestiones paradòjicas de ritmo, y no, son tomadas en cuenta. Aquellos concejos de quièn maneja el rol de sentarse tras el escritorio sentandose sobre èl. Tambièn se suman esas cosas de intentar buscar màs recursos, nuevos juegos y avatares.
Leo eso que escribì, me parece bien. Paradòjico marco teòrico tocado a oido pero sin duda preciso. Buscarè, quizàs, un poco màs de articulaciòn con algo de teorìa.
Definitivamente las cinco pàginas no me alcanzaràn.
Lo leo, y busco esas cosas de profesora secundaria de lengua en ese pedazo de texto. Problemas ortograficos, de puntuaciòn y esas cosas.
Leo, encuentro algunos y los corrijo. Aunque realmente creo que lo ùnico que me interesarìa es la respuesta a "todo esto acumulado, todo esto acumulado durante el cuatrimestre, cada uno de esos conejos, algunos de esos conejos: ¿logra decir algo?".
Con el frío muere: cierto desinterés de cuidarnos entre nosotros. Por eso nunca debimos tener pajaritos.
Indudablemente cuestiones paradòjicas de ritmo, y no, son tomadas en cuenta. Aquellos concejos de quièn maneja el rol de sentarse tras el escritorio sentandose sobre èl. Tambièn se suman esas cosas de intentar buscar màs recursos, nuevos juegos y avatares.
Leo eso que escribì, me parece bien. Paradòjico marco teòrico tocado a oido pero sin duda preciso. Buscarè, quizàs, un poco màs de articulaciòn con algo de teorìa.
Definitivamente las cinco pàginas no me alcanzaràn.
Lo leo, y busco esas cosas de profesora secundaria de lengua en ese pedazo de texto. Problemas ortograficos, de puntuaciòn y esas cosas.
Leo, encuentro algunos y los corrijo. Aunque realmente creo que lo ùnico que me interesarìa es la respuesta a "todo esto acumulado, todo esto acumulado durante el cuatrimestre, cada uno de esos conejos, algunos de esos conejos: ¿logra decir algo?".
Con el frío muere: cierto desinterés de cuidarnos entre nosotros. Por eso nunca debimos tener pajaritos.
dimanche 15 juin 2008
samedi 14 juin 2008
No anda el corrector.
Su hobbie era arrojar naranjas a los 266 (Lomas-Calzada) que pasaban por San Martín. Era un lugar poblado, de tránsito permanente. A él no parecía importarle. La impunidad de esos años mozos sumados a eso de cuando un reto parece un mimo y una corrida hace acordar que se esta vivo. ¿La idea de travesura? De que se es niño, de que se lo sigue haciendo.
Responsabilidades que no traen derechos arrastradas por el asfalto, o la tierra. Las piedras deben ser todo un problema, deben cortar los sacos.
Aquellos sacos no deben tener una larga vida: se la pasan siendo arrastrados, hace poco escuché a uno que contaba que en La Plata, a raíz, de un convenio, se los daba la Municipalidad.
Por mi casa no hay Municipalidad, la que nos corresponde está como a treinta siete minutos en Bicicleta yendo por adentro. Yendo por las dos avenidas se tarda un poquito más, pero se supone que es más seguro y menos posibles quedarse sin bicicleta. Al menos menos posible quedarse sin bicicleta por cuestiones de delincuencia.
Las cuestiones de la delincuencia se vuelven confusas. Esa idea de terror seguramente acarrean (como esos chicos las bolsas) graves consecuensias: mi abuela cuando se va le tira la llave a la vecina, pero hace unos años instaló la alarma. Una vez cuando no funcionaba la alarma no pudo dormir.
Responsabilidades que no traen derechos arrastradas por el asfalto, o la tierra. Las piedras deben ser todo un problema, deben cortar los sacos.
Aquellos sacos no deben tener una larga vida: se la pasan siendo arrastrados, hace poco escuché a uno que contaba que en La Plata, a raíz, de un convenio, se los daba la Municipalidad.
Por mi casa no hay Municipalidad, la que nos corresponde está como a treinta siete minutos en Bicicleta yendo por adentro. Yendo por las dos avenidas se tarda un poquito más, pero se supone que es más seguro y menos posibles quedarse sin bicicleta. Al menos menos posible quedarse sin bicicleta por cuestiones de delincuencia.
Las cuestiones de la delincuencia se vuelven confusas. Esa idea de terror seguramente acarrean (como esos chicos las bolsas) graves consecuensias: mi abuela cuando se va le tira la llave a la vecina, pero hace unos años instaló la alarma. Una vez cuando no funcionaba la alarma no pudo dormir.
¿Me quedé en "había una vez"?
Cuentos de dos historias. Cuentos de, al menos, dos historias hiladas finamentes por el autor. La historia oculta la que vale.
Finales que se parecen a no-finales. Situaciones abiertas, entrometidas.
Simples, simplistas, complicados, rebuscados. Minimalistas, barrocos.
Con muchas voces, con casi ninguna.
De verdad, de mentira. Durísimos.
Cuentos que no empiezan con "había una vez".
Parezco haber perdido demasiado tiempo, o no. Lo mio nunca fue la lectura, y quizás de ahí la sorpresa, el desacomodo, ante los desacatos de Cortázar este verano.
Ponerse a escribir una narración. Claro está que debería lograr incluir una historia dos finamente hilada, un ritmo, descripciones exquisitas, las palabras más certeras y lograr tocar esa situación tal que lo convierta, de alguna manera, en pretensiones de literatura.
Esdrújulas.
Encontrar una historia o una idea. Difícil, con ella sentarse a escribir ya resulta mucho más fácil: quizás todo salga de un tirón. Otras no, en algún momento se estanca. Se estanca y nada: se estanca. Ponerse a describir algo mejor; pero no: está estancado.
Retomarlo, leerlo. Irlo tocando de a poquito. Que los toques nos caigan bien a los dos, que no sea agresivo para ninguna de las partes.
Regresar, leer y sonreír. Un final feliz que de ninguna manera se da. (Deben se las comas) leer, corregir algo (no, no eran).
Falta tiempo de reposo, así al cortarlo mantiene su punto.
El que escribe cuentos (cuentistas, según leí por ahí), debe ser un tipo medio particular. Como volado, pero meticuloso. Un poco loco y con finos procesos de razonamiento.
Capaz. Capaz de dejar algunas ramas, historias cortas, de recordar diálogos y de observar y llevar a cuento -mis juegos de palabras están llegando a un nivel pre-escolar de un niño no-prodigio- aquellas pequeñas situaciones de la vida diaria que representan grandes cuestiones, dramas y pensamientos: algunos pocos dramas existenciales -aunque sabemos que esos pocos son más que suficientes.
Vivir u observar. Vivir a veces, observar otras. Brindar esa perspectiva particular desde la cual se participo. Observar otras para vivir algunas y poder brindar lo otro. Situaciones. Acomodarse y encontrarse.
Acomodarse y encontrarse, por ejemplo, frente a una computadora, cumpliendo una consigna, intentándola, restándola, intentando respetarla, no quemarse mucho los dedos, que los pelos no estén tan parados, merendar sin volcar nada en el teclado, encontrar una vueltita más, arriesgarse sin llegar al suicidio. Y todo en un blog.
Finales que se parecen a no-finales. Situaciones abiertas, entrometidas.
Simples, simplistas, complicados, rebuscados. Minimalistas, barrocos.
Con muchas voces, con casi ninguna.
De verdad, de mentira. Durísimos.
Cuentos que no empiezan con "había una vez".
Parezco haber perdido demasiado tiempo, o no. Lo mio nunca fue la lectura, y quizás de ahí la sorpresa, el desacomodo, ante los desacatos de Cortázar este verano.
Ponerse a escribir una narración. Claro está que debería lograr incluir una historia dos finamente hilada, un ritmo, descripciones exquisitas, las palabras más certeras y lograr tocar esa situación tal que lo convierta, de alguna manera, en pretensiones de literatura.
Esdrújulas.
Encontrar una historia o una idea. Difícil, con ella sentarse a escribir ya resulta mucho más fácil: quizás todo salga de un tirón. Otras no, en algún momento se estanca. Se estanca y nada: se estanca. Ponerse a describir algo mejor; pero no: está estancado.
Retomarlo, leerlo. Irlo tocando de a poquito. Que los toques nos caigan bien a los dos, que no sea agresivo para ninguna de las partes.
Regresar, leer y sonreír. Un final feliz que de ninguna manera se da. (Deben se las comas) leer, corregir algo (no, no eran).
Falta tiempo de reposo, así al cortarlo mantiene su punto.
El que escribe cuentos (cuentistas, según leí por ahí), debe ser un tipo medio particular. Como volado, pero meticuloso. Un poco loco y con finos procesos de razonamiento.
Capaz. Capaz de dejar algunas ramas, historias cortas, de recordar diálogos y de observar y llevar a cuento -mis juegos de palabras están llegando a un nivel pre-escolar de un niño no-prodigio- aquellas pequeñas situaciones de la vida diaria que representan grandes cuestiones, dramas y pensamientos: algunos pocos dramas existenciales -aunque sabemos que esos pocos son más que suficientes.
Vivir u observar. Vivir a veces, observar otras. Brindar esa perspectiva particular desde la cual se participo. Observar otras para vivir algunas y poder brindar lo otro. Situaciones. Acomodarse y encontrarse.
Acomodarse y encontrarse, por ejemplo, frente a una computadora, cumpliendo una consigna, intentándola, restándola, intentando respetarla, no quemarse mucho los dedos, que los pelos no estén tan parados, merendar sin volcar nada en el teclado, encontrar una vueltita más, arriesgarse sin llegar al suicidio. Y todo en un blog.
"Cuando su papá vendió el forté. compró el forá"
Cartas: conversaciones sin interrupciones. Con un interlocutor claro, con explicaciones y argumentaciones. Espacialidad pertinente para el sentimentalismo. Hoy de gran valor simbólico y poco valor práctico.
Un narrador, testimonios, diálogos e historias. Fragmentos sin comillas ni rayas de diálogos claramente discursos de un yo que se dirige a un tú que no es el lector, sino que es otro existente en la trama del cuento.
Testimonios e intervenciones introducen y articulan historias, todas que rondando alrededor de un sitio. Ese sitio, el campo, sus personajes, historias personales y de todo el lugar.
Historias fragmentarias, cortadas, vinculadas, que se relacionan o no. Historias fragmentarias, cortadas, vinculadas, que se relacionan o no, que forman un colectivo, a veces retomándose y continuandose, otras no.
Tolosa, el campo, Cipriano, Estela, Felisa, la estancia, Tolosa, el martillero, Felisa, Estela, Estúpida, el médico, la sirvienta, las niñeras, Felisa, el amigo, Felisa y el amigo, la escuela, la Iglesia, el cura, los políticos, los radicales, los aviones, los autos, las carreras, los caballos, el Fénix, el Roma, los chicos, los patrones, los peones, las ovejas, el alambre y el hierro. Herejes y de los otros. La historia de un país.
Historias astutamente expuestas, escondidas y sacadas al ruedo. Historias escolares hasta sexto grado.
Voces que se cruzan, se contestan, planteas situaciones, intervienen, irrumpen, cuentan.
Descripciones. Párrafos importantes de descripciones. Párrafos importantes de descripciones que dan el lugar, la forma, enmarcan e invitan a ver situaciones. Perfectas situaciones de esas no ideales.
Labores, oficios, ideas, vueltas. Plaza.
Empezar a escuchar las voces.Ver otras historias, otros espacios.
-¿Qué tenía Herminia debajo del vestido? Cuando salía de su pieza y cruzaba el patio en dirección a la cocina, Jacinto se acostaba sobre las baldosas para ver, a la acechaba y se zambullía de golpe sin conseguir nunca una vislumbre del misterio. Señora, mire el nene. Pero Felisa no miraba.
Nota: en un texto tan prolijo y sin tantos "trucos" (digamos, aunque la palabra no me deja contento), de una alineación de las palabras perfecta, sigo encontrando mayúculas injustificadas, puntos seguidos que no estan y otras sospechas. ¡Hay una parte con un espacio de como medio reglón enorme! ¡Y a eso le sigue dos mayúsculas que inician palabras que no son sustantivos propios ni estan antecedidas por ningún punto ni nada!
Un narrador, testimonios, diálogos e historias. Fragmentos sin comillas ni rayas de diálogos claramente discursos de un yo que se dirige a un tú que no es el lector, sino que es otro existente en la trama del cuento.
Testimonios e intervenciones introducen y articulan historias, todas que rondando alrededor de un sitio. Ese sitio, el campo, sus personajes, historias personales y de todo el lugar.
Historias fragmentarias, cortadas, vinculadas, que se relacionan o no. Historias fragmentarias, cortadas, vinculadas, que se relacionan o no, que forman un colectivo, a veces retomándose y continuandose, otras no.
Tolosa, el campo, Cipriano, Estela, Felisa, la estancia, Tolosa, el martillero, Felisa, Estela, Estúpida, el médico, la sirvienta, las niñeras, Felisa, el amigo, Felisa y el amigo, la escuela, la Iglesia, el cura, los políticos, los radicales, los aviones, los autos, las carreras, los caballos, el Fénix, el Roma, los chicos, los patrones, los peones, las ovejas, el alambre y el hierro. Herejes y de los otros. La historia de un país.
Historias astutamente expuestas, escondidas y sacadas al ruedo. Historias escolares hasta sexto grado.
Voces que se cruzan, se contestan, planteas situaciones, intervienen, irrumpen, cuentan.
Descripciones. Párrafos importantes de descripciones. Párrafos importantes de descripciones que dan el lugar, la forma, enmarcan e invitan a ver situaciones. Perfectas situaciones de esas no ideales.
Labores, oficios, ideas, vueltas. Plaza.
Empezar a escuchar las voces.Ver otras historias, otros espacios.
-¿Qué tenía Herminia debajo del vestido? Cuando salía de su pieza y cruzaba el patio en dirección a la cocina, Jacinto se acostaba sobre las baldosas para ver, a la acechaba y se zambullía de golpe sin conseguir nunca una vislumbre del misterio. Señora, mire el nene. Pero Felisa no miraba.
Nota: en un texto tan prolijo y sin tantos "trucos" (digamos, aunque la palabra no me deja contento), de una alineación de las palabras perfecta, sigo encontrando mayúculas injustificadas, puntos seguidos que no estan y otras sospechas. ¡Hay una parte con un espacio de como medio reglón enorme! ¡Y a eso le sigue dos mayúsculas que inician palabras que no son sustantivos propios ni estan antecedidas por ningún punto ni nada!
"¿Por qué no bailás?"
-Mediante un cable alargador tendido al exterior había conectado lámparas y aparatos. Todo funcionaba igual que cuando había estado dentro de la casa.
Una historia chiquita y certera de varias escenas. Situaciones.
Critica profunda a un modo de estar y habitar. Critica a un modo de mirar, a valores que constituyen un modo de ser y relacionarce.
Vaciar todo, de manera ordenada. Pasar al jardín. Dejar mi casa, pero mantener la idea de que se trata de "mi" jardín. Sacar todo a la vereda, que se vea, aunque ordenado y en quejas. Dejar todo en la puerta del garaje.
-Pero se sentó y se quedó dónde estaba, haciendo como que miraba la televisión.
Dejar todo en la puerta del garaje, ir a comprar algo para tomar y bueno. El alcohol vuelve a estar presente en un relato que abre paso a los diálogos para que luego tome la posta de los relatos uno de los participantes de esos diálogos.
Intuiciones, fantasías, modos de actuar y oportunidades. Autos que pasan, reducen un poco la velocidad y no paran.
Espíritu, el romper pero no del todo con el estilo de vida.
-Pidan lo que pidan, ofrece diez dólares menos. Siempre es bueno. Además, deben de estar desesperados o algo así.
Romper algo, sorprender, escandalizar un poco a algún vecino. Yo diría que también parte del sueño y el estilo de vida. Gente que mira desde su casa, desde otro lado. Gente que se vuelve a mirar, pero sigue. Sólo bajan los chicos, interesados. Son analizados y tienen algo especial. Se sirven algo, no toman. Se sientan, hablan, ponen un disco y dan su primer trago.
Se vende todo.
-Eso es. Creían haberlo visto todo en esta casa. Pero no habían visto esto, ¿eh?
El final es rarisimo, o no es final. O sí, y llama demasiado a la especulación.
Una historia chiquita y certera de varias escenas. Situaciones.
Critica profunda a un modo de estar y habitar. Critica a un modo de mirar, a valores que constituyen un modo de ser y relacionarce.
Vaciar todo, de manera ordenada. Pasar al jardín. Dejar mi casa, pero mantener la idea de que se trata de "mi" jardín. Sacar todo a la vereda, que se vea, aunque ordenado y en quejas. Dejar todo en la puerta del garaje.
-Pero se sentó y se quedó dónde estaba, haciendo como que miraba la televisión.
Dejar todo en la puerta del garaje, ir a comprar algo para tomar y bueno. El alcohol vuelve a estar presente en un relato que abre paso a los diálogos para que luego tome la posta de los relatos uno de los participantes de esos diálogos.
Intuiciones, fantasías, modos de actuar y oportunidades. Autos que pasan, reducen un poco la velocidad y no paran.
Espíritu, el romper pero no del todo con el estilo de vida.
-Pidan lo que pidan, ofrece diez dólares menos. Siempre es bueno. Además, deben de estar desesperados o algo así.
Romper algo, sorprender, escandalizar un poco a algún vecino. Yo diría que también parte del sueño y el estilo de vida. Gente que mira desde su casa, desde otro lado. Gente que se vuelve a mirar, pero sigue. Sólo bajan los chicos, interesados. Son analizados y tienen algo especial. Se sirven algo, no toman. Se sientan, hablan, ponen un disco y dan su primer trago.
Se vende todo.
-Eso es. Creían haberlo visto todo en esta casa. Pero no habían visto esto, ¿eh?
El final es rarisimo, o no es final. O sí, y llama demasiado a la especulación.
vendredi 13 juin 2008
No al equipaje.
Salió para darle final a todo. Un impulso. Lo había dejado, todo, buena parte de lo que quería listo.
Fue al fondo, su espacio: buscó los cigarrillos, dejó 8 y se llevó el paquete con tres. Dejó el zippo, y el otro encendedor obsequio. No vale la pena llevar mucho: unos pocos cigarrillos, algunas hojas de rollo de cocina, un encendedor, la cédula, las llaves necesarias para salir y cerrar.
La pingüi como grito sagrado.
Tan cobarde! tan cagon!
tratando de esconderme atrás de una imagen, fuese por la que fuese.
viviendome a mi mismo a través de ella aun en los momentos mas bajos.
Sin deci´sión, probre, triste, tibio. Cuantas veces habre pensado en tirarme abajo del tren? obviamente, como imaginaran, hasta este momento al menos no lo hice ninguna.
cobarde, ahorarme. encontrar una salida y ponerle un fin.
no sé luchar, no puedo. no lo sé trasmitir, no puedo.
intento seguir con algo, de cierta forma encima lo logro. y el sol que sale y no acompaña. Todo me tira abajo arrastrando a todo lo demas. soy tan debil en frente al mundo. no sé que hacer.
un grito, agarrarse la cara. el pedido de algo imposible que no se qué podría lograr, pero "te quiero ver papá!".
El postulado de la existencia de un Dios vuelve a mi solo para brindarme la experanza de que puede ser.
Pierdo todo, la vida en vida.
Caminando por el sendero marcado de tanto pasar, intentó deducir qué estaba haciendo, a dónde iba: ¿realmente iba a darle fin? Creyó que era un buen momento, esta vez sí era el fin, aquella había sido la última. Lo pensaba, sostuvo un rato la reja, pero igualmente buscó la bicicleta.
y todavia no terminó, sigo acá.
Casi hasta preocupado por dejar algo. la palabras salen aunuqe las oigo rebotar en mi mente. En el papel, son tan solo un eco. Se diceminan, se funden con otras, se pierden. Ya no se entienden. Ya no pierdo.
Sufro una procupacion estetica que no logro apañar. Quiero perderme. no quiero ser, quiero dejar de ser esa nada para dejar de ser todo.
Nace una cancion que brota en el papel. en el aire. no es mia, no la conozco. No me significa. Miedos, otra vez. Muchos. Leer, buscar algo de que agarrarse. encontrar cosas que para uno parecen imposibles.
el mundo no se muestra asi para mi. "el mundo", ideas postuladas que no puedo abandonar. que mierda es el mundo?! que mierda la realidad?! que mierda yo?! y el amor? los dioses?! la flia?! esas cosas de las cuales agarrarse? y cuando nacual ya no este? y cuando lidha?! como no decirles. yo nunca les dije nada, nunca se los demostre. Esa imagen, otra vez, tan cobarde, tan cagon, tan cruel con migo lo mismo. Como lo sufro!. Ya las lagrimas se van acabando. se despeja el teclado. otra vez duele la cabeza. jugar con las piernas se vuelve señal de carnalidad. y esta carnalidad no quiere decir nada.
otra vez, no llegar ni siquiera a perderse.
las pesadillas no se terminaron nunca. ya ni siqueira puedo dormir. dormir de día resulta un alivio. un rato. necesito un rato nada más.
No hacer nada, eso hago. no leo, no cumplo, con acompaño. no hago nada. y hoy me duele, hoy me siento mal.
escribir un mail que no va a nadie. a quien? a quien molestar cuando ya no hay nadie?
ni siquiera poema puedo escribir; si al menos dibujase lindo.
si tuviese la suerte de un balcón y la fuerza para hacerlo. yo no creo en los milagros ni en la ciencia, pero los uso para explicarme ciertas cosas. no puede ser posible que no pueda desaparecer. así, porque sí.
Sueños, sin sueños que cumpli al no tenr ninguno. Ser estrella de rock, ganar un mundial. ay! no sé. ni siquiera nunca intente nada. hay algo mas triste?
Acostada, esperando, reclinada hacia el lado sin pie. Esa bicicleta de paseo verde, comprada en Temperley, en la esquina de triunvirato y arroyito: una bicicleteria grande, vidriada, con persianas de aquellas no-ciegas que forman un entramado de rombos al ser cerrada. Esa bicicleta de paseo verde, con canastito y ese lugar ideal para llevar a alguien más en la parte de atrás: no era un asunto muy masculino, aunque si práctico. Salió. Saltar, el problema es hoy no dejar de disimularlo.
Oscurecia y salía rápido, como si eso modificace algo. Pronto la luz bajaba y los tilos que acompañaban vereda empezaban a generar sombra de luz artificial. Saludó a Mabel, sin mirarla, como si así no lo pudiese ver. Mabel apoyo las bolsas y lo vió alejandose con rumbo este. No se había despedido de nadie, no había dicho nada. Dejó su móvil. Llegado el caso nadie sabría encontrarlo, al menos no en lo inmediato: eso le daría un margén de tiempo suficiente. No lo sé, quizás perderse.
Nadie había notado aquellas noches concecutivas de pesadillas: de revolver algunos recuerdos, de encontrar ese libro desforme por las cartas que resultaba bastante pavote. Pesadillas no, hermosos sueños realmente imposibles de los que hacen llorar: de rememoraciones inventadas, inexistentes.
es que sí, es que por ahi necesito senitr que una vez me insisten. por ahi lo necesitaba lo ultimo que paso. aunque mi imagen diga que no. otra vez, esa amante cruel. un "dale! vamos" que me convenza y me haga ver que para otro vale la pena que vaya.
Ya había pensado tanto. Ya había llorado tanto. Ya había llorado tanto por estar llorando de esa manera. Dolía la cabeza desde hacia como sesenta y tres horas.
Salió apurado y pedaleó todo lo que pudo. Rumbo este para girar en la esquina del kiosco, aquél enfrentado al árbol que parecía mas alto, aquél que supo administrar ale y compañía. La pingüi cedía todo lo que podía, la cara se mojaba, la nariz se enrojecía y la mandibula empezaba a aflojarse. Ningún auto cruzaba, o, al menos, no los vió. Tampoco vió a Cristian, el hermano de Hugo y otros tantos, que en la esquina parecía esperar.
La otra esquina y volver a doblar, pasar por el kiosco violeta de Ariel y el baldío que alguna vez supo alojar una aveja. La casa grande y antigua, gris, perfecta para un centro cultural. Una cuadra más y esa de la Clínica abandonada y la casa que tardó demasiado tiempo en construirce.
Árboles que se cruzan en la mitad de la calles, alfombra a tonos amarillos frente a las casas, acumulación de hojas que se elevan en las rejas. Ya no se veía nada, pero sabía a donde ir.
En la cuadra del vívero se sale la cadena. La bicicleta verde con detalles blancos envejecidos -parecen teñidos con té- no se deja pedalear.
Hacia algunas semanas que la usaba a diario. Hacía poco se la había rescatado de la collera: grasa a la cadena, nuevas cámaras y algunos ajustes a los frenos -igualmente sólo seguía frenando el de adelante-. Nunca se había escapado de esa manera la cadena haciendo imposible el pedaleo.
Con el impulso dar vuelta la esquina y encontrarse en la cuadra que supo tener una oficina de Multicanal. Frenó y se le cayo la llave. La llave cayó sobre una hoja, amarilla, no de tilo. Se acomodó cerca de un poste, dejó la bicicleta ruedas para arriba, sacó un trozo de rollo de cocina para limpiarse los mocos y acomodó la cadena. La cadena gigante, negra. Le costó, no fue fácil, pero lo logró. Con las manos negras prendió un cigarrillo, el flequillo ya era algo inconcebible.
y lo peor es haber escrito todo esto. como si fuese acaso yo capaz de hacer algo. de lograr un fin o una meta.
no sé! ni siquiera correr o escapar.
que hago? que puedo haceR? tanta gente a la que me gustaria referir.
hay, lineas.
ubi! como perdi a ubi. que boludo soy. tbn por cobarde.
cuatro, yo no sé de donde sale esa pila de vida. el no rendirse, el sguir adelante. y sin conocerte. hay tantos miedos dando vueltas por ahi.
no puedo mas, no puedo ser ni justo ni certero. ya no puedo escribir. la cabeza me estalla, pero esta vez sin rebote de palabras. ya no hay nada. tanta gente a la cual referirme.
mamá. má, solamente perdón. senti tantas veces que te cague la vida. y vos que me haces sentir tan bien. que me abrazas, que parece que hasta sabes que me siento mal. un refugio, un abrazo. ay! mama! si pudiera hacer algo, si pudiera pedirte ayuda, si supiese que nada cambiaria. mama! te amo mama! dale a igne unas eternas gracias y unas atemporales disculpas. perdon mama! te amo mama! segunda. ay! no puedo mas! perdoname, no sé. es que yo estoy de mas, aca. como en todos lados. ay. si supiese hacer algo de mi vida.
por favor, cuentenle a nueve que no sé como hace. pero que esa fuerza que lo lleva para adelante despierta mi mas profunda admiracion. pidanle que no se caiga.
pedalear. reir.
En el último giro había pérdido su rumbo evitando la última cuadra. Aquella última cuadra era corta, de las más cortas que conozco, con casas, ni un negocio.
Todo el puchero, modular lo que se piensa.
en un apartado especial, te dejo mi carpeta de descargas. sé que siemrep la deseaste.
Pasa una nena, también en bicicleta. No la mira, pero nota su mirada. Llora, aún con más intensidad. Se sube a la bicicleta y baja por el cordón. Sin sentarse pedalea cruzando la avenida.
Retoma rumbo por una paralela a la del vivero.
Las luces de la calle ya no compiten con el sol y la sombra es plenamente artificial.
Cuadra antes a las vías del viejo Roca se sale la cadena por segunda vez. El impulso vuelve a servir para doblar en el mismo sentido que la última vez. El cigarrillo encuentra refugio en el asfalto y vuelve a acomodar la cadena.
y tan detonante de todo vos.
En esa esquina se había cruzado a Jara, el pastor trombonista, lo saludó pasando y con la cabeza gacha. No recibió respuesta. Creo que no lo reconoció: es propio de su buena constumbre responder el saludo.
Llanto. Cobarde, tanto como para no asumir la salida.
Pensaba que no, nadie llegaba para salvarlo.
Pedalear, ahora lejos del mastodonte de metal impulsado a gasoil.
Fue al fondo, su espacio: buscó los cigarrillos, dejó 8 y se llevó el paquete con tres. Dejó el zippo, y el otro encendedor obsequio. No vale la pena llevar mucho: unos pocos cigarrillos, algunas hojas de rollo de cocina, un encendedor, la cédula, las llaves necesarias para salir y cerrar.
La pingüi como grito sagrado.
Tan cobarde! tan cagon!
tratando de esconderme atrás de una imagen, fuese por la que fuese.
viviendome a mi mismo a través de ella aun en los momentos mas bajos.
Sin deci´sión, probre, triste, tibio. Cuantas veces habre pensado en tirarme abajo del tren? obviamente, como imaginaran, hasta este momento al menos no lo hice ninguna.
cobarde, ahorarme. encontrar una salida y ponerle un fin.
no sé luchar, no puedo. no lo sé trasmitir, no puedo.
intento seguir con algo, de cierta forma encima lo logro. y el sol que sale y no acompaña. Todo me tira abajo arrastrando a todo lo demas. soy tan debil en frente al mundo. no sé que hacer.
un grito, agarrarse la cara. el pedido de algo imposible que no se qué podría lograr, pero "te quiero ver papá!".
El postulado de la existencia de un Dios vuelve a mi solo para brindarme la experanza de que puede ser.
Pierdo todo, la vida en vida.
Caminando por el sendero marcado de tanto pasar, intentó deducir qué estaba haciendo, a dónde iba: ¿realmente iba a darle fin? Creyó que era un buen momento, esta vez sí era el fin, aquella había sido la última. Lo pensaba, sostuvo un rato la reja, pero igualmente buscó la bicicleta.
y todavia no terminó, sigo acá.
Casi hasta preocupado por dejar algo. la palabras salen aunuqe las oigo rebotar en mi mente. En el papel, son tan solo un eco. Se diceminan, se funden con otras, se pierden. Ya no se entienden. Ya no pierdo.
Sufro una procupacion estetica que no logro apañar. Quiero perderme. no quiero ser, quiero dejar de ser esa nada para dejar de ser todo.
Nace una cancion que brota en el papel. en el aire. no es mia, no la conozco. No me significa. Miedos, otra vez. Muchos. Leer, buscar algo de que agarrarse. encontrar cosas que para uno parecen imposibles.
el mundo no se muestra asi para mi. "el mundo", ideas postuladas que no puedo abandonar. que mierda es el mundo?! que mierda la realidad?! que mierda yo?! y el amor? los dioses?! la flia?! esas cosas de las cuales agarrarse? y cuando nacual ya no este? y cuando lidha?! como no decirles. yo nunca les dije nada, nunca se los demostre. Esa imagen, otra vez, tan cobarde, tan cagon, tan cruel con migo lo mismo. Como lo sufro!. Ya las lagrimas se van acabando. se despeja el teclado. otra vez duele la cabeza. jugar con las piernas se vuelve señal de carnalidad. y esta carnalidad no quiere decir nada.
otra vez, no llegar ni siquiera a perderse.
las pesadillas no se terminaron nunca. ya ni siqueira puedo dormir. dormir de día resulta un alivio. un rato. necesito un rato nada más.
No hacer nada, eso hago. no leo, no cumplo, con acompaño. no hago nada. y hoy me duele, hoy me siento mal.
escribir un mail que no va a nadie. a quien? a quien molestar cuando ya no hay nadie?
ni siquiera poema puedo escribir; si al menos dibujase lindo.
si tuviese la suerte de un balcón y la fuerza para hacerlo. yo no creo en los milagros ni en la ciencia, pero los uso para explicarme ciertas cosas. no puede ser posible que no pueda desaparecer. así, porque sí.
Sueños, sin sueños que cumpli al no tenr ninguno. Ser estrella de rock, ganar un mundial. ay! no sé. ni siquiera nunca intente nada. hay algo mas triste?
Acostada, esperando, reclinada hacia el lado sin pie. Esa bicicleta de paseo verde, comprada en Temperley, en la esquina de triunvirato y arroyito: una bicicleteria grande, vidriada, con persianas de aquellas no-ciegas que forman un entramado de rombos al ser cerrada. Esa bicicleta de paseo verde, con canastito y ese lugar ideal para llevar a alguien más en la parte de atrás: no era un asunto muy masculino, aunque si práctico. Salió. Saltar, el problema es hoy no dejar de disimularlo.
Oscurecia y salía rápido, como si eso modificace algo. Pronto la luz bajaba y los tilos que acompañaban vereda empezaban a generar sombra de luz artificial. Saludó a Mabel, sin mirarla, como si así no lo pudiese ver. Mabel apoyo las bolsas y lo vió alejandose con rumbo este. No se había despedido de nadie, no había dicho nada. Dejó su móvil. Llegado el caso nadie sabría encontrarlo, al menos no en lo inmediato: eso le daría un margén de tiempo suficiente. No lo sé, quizás perderse.
si pudieses comprender lo bien que me haces no entenderias esta forma de llorar. ay! me aprece vivir tantas veces solo para pensarte. para preocuparme y ponerme contento. enfermarme de celos y morirme del orgullo. amarte. no poder realizarte. pensarme tu principe azul y sentirse solo una gran piedra.
no sentir otra vez ni siqueira la oportunidad de no molestar.
ay! si el mundo pudiese entender de no hacer lo que corresponde simplemente porque uno se replantea su existencia!
tan coqueta aunque a veces no se corresponda. Tu inocencia, el modo en que caes en algunos juegos que a veces parece intensional, solo para que juegue yo. tu modo de explicar lo inexplicable a lo que llevan mis absurdos planteos. lidear con mis cambios y mis malas costumbres. Hacerme sentir bien.
Sonreir. nunca sonreí tanto.Nunca. se corresponde a la lagrimas y al no sentirse bien. nunca estuve tan vivo, nunca. sentir, se siente tan bien sentir y tantas vece me hace siento tan mal.
correr, corramos. encontremos las bicicletas. pero yo no sé a donde voy, o a ningun lado.
Soy tan egoista, tan que me pierdo en mi.
y otra vez, la imagen: esa absurda y cobarde imagen. esa carnalidad con relato. es que no sé lo que soy.
no sentir otra vez ni siqueira la oportunidad de no molestar.
ay! si el mundo pudiese entender de no hacer lo que corresponde simplemente porque uno se replantea su existencia!
tan coqueta aunque a veces no se corresponda. Tu inocencia, el modo en que caes en algunos juegos que a veces parece intensional, solo para que juegue yo. tu modo de explicar lo inexplicable a lo que llevan mis absurdos planteos. lidear con mis cambios y mis malas costumbres. Hacerme sentir bien.
Sonreir. nunca sonreí tanto.Nunca. se corresponde a la lagrimas y al no sentirse bien. nunca estuve tan vivo, nunca. sentir, se siente tan bien sentir y tantas vece me hace siento tan mal.
correr, corramos. encontremos las bicicletas. pero yo no sé a donde voy, o a ningun lado.
Soy tan egoista, tan que me pierdo en mi.
y otra vez, la imagen: esa absurda y cobarde imagen. esa carnalidad con relato. es que no sé lo que soy.
es que sí, es que por ahi necesito senitr que una vez me insisten. por ahi lo necesitaba lo ultimo que paso. aunque mi imagen diga que no. otra vez, esa amante cruel. un "dale! vamos" que me convenza y me haga ver que para otro vale la pena que vaya.
Ya había pensado tanto. Ya había llorado tanto. Ya había llorado tanto por estar llorando de esa manera. Dolía la cabeza desde hacia como sesenta y tres horas.
Salió apurado y pedaleó todo lo que pudo. Rumbo este para girar en la esquina del kiosco, aquél enfrentado al árbol que parecía mas alto, aquél que supo administrar ale y compañía. La pingüi cedía todo lo que podía, la cara se mojaba, la nariz se enrojecía y la mandibula empezaba a aflojarse. Ningún auto cruzaba, o, al menos, no los vió. Tampoco vió a Cristian, el hermano de Hugo y otros tantos, que en la esquina parecía esperar.
La otra esquina y volver a doblar, pasar por el kiosco violeta de Ariel y el baldío que alguna vez supo alojar una aveja. La casa grande y antigua, gris, perfecta para un centro cultural. Una cuadra más y esa de la Clínica abandonada y la casa que tardó demasiado tiempo en construirce.
como negar que hasta le ha dado sentido a mi vida. todo. quizas nunca lo diga, quizas no me permita decirlo. otra vez, tan cobarde. no sé! te amo! te amo tanto. sos enorme. como mamá, cuidala a mamá. nunca me senti tan yo como en vos. tan sin miedos ni verguenzas. a veces hasta complice o util.
no sé, no se qeu decir. son tan inteligente, linda, completa, llena de vida. unica y especial. te quiero tanto.
no sé, no se qeu decir. son tan inteligente, linda, completa, llena de vida. unica y especial. te quiero tanto.
En la cuadra del vívero se sale la cadena. La bicicleta verde con detalles blancos envejecidos -parecen teñidos con té- no se deja pedalear.
Hacia algunas semanas que la usaba a diario. Hacía poco se la había rescatado de la collera: grasa a la cadena, nuevas cámaras y algunos ajustes a los frenos -igualmente sólo seguía frenando el de adelante-. Nunca se había escapado de esa manera la cadena haciendo imposible el pedaleo.
Con el impulso dar vuelta la esquina y encontrarse en la cuadra que supo tener una oficina de Multicanal. Frenó y se le cayo la llave. La llave cayó sobre una hoja, amarilla, no de tilo. Se acomodó cerca de un poste, dejó la bicicleta ruedas para arriba, sacó un trozo de rollo de cocina para limpiarse los mocos y acomodó la cadena. La cadena gigante, negra. Le costó, no fue fácil, pero lo logró. Con las manos negras prendió un cigarrillo, el flequillo ya era algo inconcebible.
y lo peor es haber escrito todo esto. como si fuese acaso yo capaz de hacer algo. de lograr un fin o una meta.
no sé! ni siquiera correr o escapar.
que hago? que puedo haceR? tanta gente a la que me gustaria referir.
hay, lineas.
ubi! como perdi a ubi. que boludo soy. tbn por cobarde.
cuatro, yo no sé de donde sale esa pila de vida. el no rendirse, el sguir adelante. y sin conocerte. hay tantos miedos dando vueltas por ahi.
no puedo mas, no puedo ser ni justo ni certero. ya no puedo escribir. la cabeza me estalla, pero esta vez sin rebote de palabras. ya no hay nada. tanta gente a la cual referirme.
mamá. má, solamente perdón. senti tantas veces que te cague la vida. y vos que me haces sentir tan bien. que me abrazas, que parece que hasta sabes que me siento mal. un refugio, un abrazo. ay! mama! si pudiera hacer algo, si pudiera pedirte ayuda, si supiese que nada cambiaria. mama! te amo mama! dale a igne unas eternas gracias y unas atemporales disculpas. perdon mama! te amo mama! segunda. ay! no puedo mas! perdoname, no sé. es que yo estoy de mas, aca. como en todos lados. ay. si supiese hacer algo de mi vida.
por favor, cuentenle a nueve que no sé como hace. pero que esa fuerza que lo lleva para adelante despierta mi mas profunda admiracion. pidanle que no se caiga.
pedalear. reir.
En el último giro había pérdido su rumbo evitando la última cuadra. Aquella última cuadra era corta, de las más cortas que conozco, con casas, ni un negocio.
Todo el puchero, modular lo que se piensa.
en un apartado especial, te dejo mi carpeta de descargas. sé que siemrep la deseaste.
Pasa una nena, también en bicicleta. No la mira, pero nota su mirada. Llora, aún con más intensidad. Se sube a la bicicleta y baja por el cordón. Sin sentarse pedalea cruzando la avenida.
Retoma rumbo por una paralela a la del vivero.
Las luces de la calle ya no compiten con el sol y la sombra es plenamente artificial.
Cuadra antes a las vías del viejo Roca se sale la cadena por segunda vez. El impulso vuelve a servir para doblar en el mismo sentido que la última vez. El cigarrillo encuentra refugio en el asfalto y vuelve a acomodar la cadena.
y tan detonante de todo vos.
En esa esquina se había cruzado a Jara, el pastor trombonista, lo saludó pasando y con la cabeza gacha. No recibió respuesta. Creo que no lo reconoció: es propio de su buena constumbre responder el saludo.
Llanto. Cobarde, tanto como para no asumir la salida.
Pensaba que no, nadie llegaba para salvarlo.
Pedalear, ahora lejos del mastodonte de metal impulsado a gasoil.
"¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?"
-Una noche me dio una paliza. Me arrastró por toda la sala tirando de mis tobillos. Y me decía una y otra vez: "te quiero, te quiero, zorra". Y mi cabeza no paraba de golpear contra las cosas. -Terri nos miró-. ¿Qué se puede hacer con un amor así?
La tarde nos encuentra. Finas descripciones de aquellas que hablan de alguien, de alguien y de un ser. Conversación alcohólica en una cocina que sorprende el tema: ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor? ¿qué sabemos del amor?
Deliciosa descripción de sensaciones inentendibles. Entendibles que aparezcan, escuchables, comprensibles. Pero de aquellas que no se entienden.
-Ahora esta fuera de juego. Murió.
Enamorarse, con locura, con la muerte. Enamorarse, perderse y volverse a enamorar. ¿Cómo explicar aquello de amar a alguien como nunca se ha amado a nadie, estando dispuesto a amar hasta la muerte y que luego se termine y se vuelva a amar a alguien como nunca se ha amado a nadie estando dispuesto a amar hasta la muerte?
Narrador, diálogos, aclaraciones, descripciones, otras voces traídas por los participantes, los claro-oscuros y las descripciones entran en el juego de la trama, introducen y hacen parte a quién lee.
Reflexiones profundas sin conclusión. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?.
-Cuando me fui, se tomó un matarratas.
La atmósfera parece perfecta. Parece, no sé si lo es. Los profesionales discuten sobre el amor. Los enamorados hablan de su amor y de sus enamoramientos anteriores. Encuentros y desencuentros. Ejemplos, casos y entredichos. Pequeñas historias que se cuelan.
La luz cae, le abre paso a la oscuridad, el misterio de la noche. El juego es perfecto, la heladera iluminada una gran obra de arte. La disposición de los invitados, los muebles y los movimientos.
Ginebra y agua tónica. Ginebra, agua tónica y limón.
Compartir, sentirse bien, caerse bien. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
-Oía los latidos de mi corazón. Oía el corazón de los demás. Oía el ruido humano que hacíamos allí sentados, sin movernos, ninguno lo más mínimo, ni siquiera cuando la cocina quedó a oscuras.
La tarde nos encuentra. Finas descripciones de aquellas que hablan de alguien, de alguien y de un ser. Conversación alcohólica en una cocina que sorprende el tema: ¿de qué hablamos cuando hablamos de amor? ¿qué sabemos del amor?
Deliciosa descripción de sensaciones inentendibles. Entendibles que aparezcan, escuchables, comprensibles. Pero de aquellas que no se entienden.
-Ahora esta fuera de juego. Murió.
Enamorarse, con locura, con la muerte. Enamorarse, perderse y volverse a enamorar. ¿Cómo explicar aquello de amar a alguien como nunca se ha amado a nadie, estando dispuesto a amar hasta la muerte y que luego se termine y se vuelva a amar a alguien como nunca se ha amado a nadie estando dispuesto a amar hasta la muerte?
Narrador, diálogos, aclaraciones, descripciones, otras voces traídas por los participantes, los claro-oscuros y las descripciones entran en el juego de la trama, introducen y hacen parte a quién lee.
Reflexiones profundas sin conclusión. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?.
-Cuando me fui, se tomó un matarratas.
La atmósfera parece perfecta. Parece, no sé si lo es. Los profesionales discuten sobre el amor. Los enamorados hablan de su amor y de sus enamoramientos anteriores. Encuentros y desencuentros. Ejemplos, casos y entredichos. Pequeñas historias que se cuelan.
La luz cae, le abre paso a la oscuridad, el misterio de la noche. El juego es perfecto, la heladera iluminada una gran obra de arte. La disposición de los invitados, los muebles y los movimientos.
Ginebra y agua tónica. Ginebra, agua tónica y limón.
Compartir, sentirse bien, caerse bien. ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?
-Oía los latidos de mi corazón. Oía el corazón de los demás. Oía el ruido humano que hacíamos allí sentados, sin movernos, ninguno lo más mínimo, ni siquiera cuando la cocina quedó a oscuras.
jeudi 12 juin 2008
Frontera entra China y París.
(Acerca de "el hombre que ríe")
-Pero no por eso perdí la cabeza. Simplemente me senté a la sombra majestuosa de un gigantesco anuncio publicitario y, aunque lagrimeando, abrí mi fiambrera por hacer algo, confiando a medias en que el Jefe me encontraría. El jefe siempre nos encontraba.
Otra vez: una, dos, tres y hasta cuatro historias. Que aparecen y desaparecen finamente hiladas en el relato del joven (por no decir niño). Datos sueltos que recorren algún camino (quizás algún "carrito" para jóvenes aún más jóvenes, por no decir niños pequeños, por no decir bebés).
Juego del relato, quién relata, como afecta al relato quien relata, como afecta a quien relata el relato.
"El hombre que ríe" es una presencia macabra, macabra y con valores. Que asusta y enseña. Que asusta y enseña, no con el juego del terror: con su accionar. Un relato hasta clásico en uno más ecléctico. Un relato de un final conciso en un relato de final sin final.
Historias de amor, de terror, de historias. Historias con un principio y un final. Historias con un principio y un no-final (¡oh! Socrates, ¿puedes tú decirme que ha acontecido con aquella muchacha que bateaba como ninguna y que un día, de repente, no quiso jugar más?).
-El lobo sustituto, bajo la luz de la luna, a unos pocos metros de distancia, quedó impresionado por el dominio de su idioma que poseía ese desconocido.
Presencias.
Una historia para que la vean aquellas otros. Los cobardes, los otros a aquél. Los otros a esa figura horrible, reveladora de valores. Que asusta y enamora. Querido por delincuentes y animales, abandonado por todo lo demás.
-Lógicamente enfurecido, el "hombre que ríe" se quitó la máscara con la lengua y se enfrentó a lo Duferge con la cara desnuda a la luz de la luna. Mademoiselle Dufarge se desamayó. Su padre tuvo más suerte; casualmente en ese momento le dio un ataque de tos y así se libró del mortifero descubrimiento.
-Pero no por eso perdí la cabeza. Simplemente me senté a la sombra majestuosa de un gigantesco anuncio publicitario y, aunque lagrimeando, abrí mi fiambrera por hacer algo, confiando a medias en que el Jefe me encontraría. El jefe siempre nos encontraba.
Otra vez: una, dos, tres y hasta cuatro historias. Que aparecen y desaparecen finamente hiladas en el relato del joven (por no decir niño). Datos sueltos que recorren algún camino (quizás algún "carrito" para jóvenes aún más jóvenes, por no decir niños pequeños, por no decir bebés).
Juego del relato, quién relata, como afecta al relato quien relata, como afecta a quien relata el relato.
"El hombre que ríe" es una presencia macabra, macabra y con valores. Que asusta y enseña. Que asusta y enseña, no con el juego del terror: con su accionar. Un relato hasta clásico en uno más ecléctico. Un relato de un final conciso en un relato de final sin final.
Historias de amor, de terror, de historias. Historias con un principio y un final. Historias con un principio y un no-final (¡oh! Socrates, ¿puedes tú decirme que ha acontecido con aquella muchacha que bateaba como ninguna y que un día, de repente, no quiso jugar más?).
-El lobo sustituto, bajo la luz de la luna, a unos pocos metros de distancia, quedó impresionado por el dominio de su idioma que poseía ese desconocido.
Presencias.
Una historia para que la vean aquellas otros. Los cobardes, los otros a aquél. Los otros a esa figura horrible, reveladora de valores. Que asusta y enamora. Querido por delincuentes y animales, abandonado por todo lo demás.
-Lógicamente enfurecido, el "hombre que ríe" se quitó la máscara con la lengua y se enfrentó a lo Duferge con la cara desnuda a la luz de la luna. Mademoiselle Dufarge se desamayó. Su padre tuvo más suerte; casualmente en ese momento le dio un ataque de tos y así se libró del mortifero descubrimiento.
Buscando peces plátanos.
-Si quiere mirarme los pies, digalo -dijo el joven-. Pero, maldita sea, no trate de hacerlo con tanto disimulo.
¿Cómo discimularlo? Aquél lugar privado que podemos ver todos, que solemos vestir especialmente para que sean vistos. Quizás para que llame la atención de quién mira, para que busque la vista de quién pase. Por ahí, hasta gritando para que sean vistos.
Pies, desnudos para que llamen la atención.
Aquél lugar oculto, que pasa desapercibido y rompe en el final irrumpe (traje y zapatillas naranjas, vista por planos, de arriba hacia abajo).
Él, de quién se habla. Él, el interlocutor. Él, el que no tiene presentación. Él, el que aparece en secreto a gritos.
Las transiciones son perfectas. No suaves, son transiciones.
Las ilusiones entran el juego, pequeñas pistas, viñetas sueltas (árboles en los que se gira).
Ver-más-vidrio llega. Estuvo siempre presente, pero cerrará con su ausencia. El texto hasta se separa físicamente, se abre paso hacia el final.
Nos encuentra, se lo encuentra. Se vuelve un poco atrás, se rememora. Él, de quién se habla, el interlocutor, el que no tiene presentación, el que aparece en secreto a gritos; él toma su voz, la alza para callar para siempre.
-Tengo los pies completamente normales y no veo por qué demonios tienen que mirármelos -dijo el joven-. Quinto piso, por favor.
¿Cómo discimularlo? Aquél lugar privado que podemos ver todos, que solemos vestir especialmente para que sean vistos. Quizás para que llame la atención de quién mira, para que busque la vista de quién pase. Por ahí, hasta gritando para que sean vistos.
Pies, desnudos para que llamen la atención.
Aquél lugar oculto, que pasa desapercibido y rompe en el final irrumpe (traje y zapatillas naranjas, vista por planos, de arriba hacia abajo).
Él, de quién se habla. Él, el interlocutor. Él, el que no tiene presentación. Él, el que aparece en secreto a gritos.
Las transiciones son perfectas. No suaves, son transiciones.
Las ilusiones entran el juego, pequeñas pistas, viñetas sueltas (árboles en los que se gira).
Ver-más-vidrio llega. Estuvo siempre presente, pero cerrará con su ausencia. El texto hasta se separa físicamente, se abre paso hacia el final.
Nos encuentra, se lo encuentra. Se vuelve un poco atrás, se rememora. Él, de quién se habla, el interlocutor, el que no tiene presentación, el que aparece en secreto a gritos; él toma su voz, la alza para callar para siempre.
-Tengo los pies completamente normales y no veo por qué demonios tienen que mirármelos -dijo el joven-. Quinto piso, por favor.
mardi 10 juin 2008
"Esa Mujer"
Nota en referencia al cuento de R. Walsh.
Situación real (como si supiese discernir qué es real de lo que no lo es) ficcionalizada.
Una narración gráfica de exquisitas descripciones, minuciosas, justas y cómplices. Lugares y personajes. Guiños.
Una narración sin tantos trucos.
El texto se presenta como el encuentro de un periodista con un general. Desarrollan una trama en relación a un acontecimiento puntual, preciso y muy poco claro. Juego del misterio y la historicidad del lector. Curiosidad y evidencia.
Relaciones, charlas, situaciones. Ese acontecimiento, "esa mujer" en primera plana. La historia del general: su antes, su mediante y su después: su familia, los otros y él.
El periodista. Sensaciones y sentimientos. Percepciones, miradas. Miedos, de esos que traen las ilusiones y anhelos. Negociación y el perderse, el salirse del lugar. Narración que desemboca en él: en su pérdida, en el no logro: el logro a medias que desanima más. El perder, ¿de quién es esa mujer? ¿de quién es la historia?
El periodista. El cuento es gráfico en todo lo demás y ayuda a verlo a él: se acomoda los lentes, tímidos estaban por la punta de la nariz. Todo se ve.
Situaciones. Situaciones difíciles de no imaginar, de no buscarlas. Sueños.
Situación real (como si supiese discernir qué es real de lo que no lo es) ficcionalizada.
Una narración gráfica de exquisitas descripciones, minuciosas, justas y cómplices. Lugares y personajes. Guiños.
Una narración sin tantos trucos.
El texto se presenta como el encuentro de un periodista con un general. Desarrollan una trama en relación a un acontecimiento puntual, preciso y muy poco claro. Juego del misterio y la historicidad del lector. Curiosidad y evidencia.
Relaciones, charlas, situaciones. Ese acontecimiento, "esa mujer" en primera plana. La historia del general: su antes, su mediante y su después: su familia, los otros y él.
El periodista. Sensaciones y sentimientos. Percepciones, miradas. Miedos, de esos que traen las ilusiones y anhelos. Negociación y el perderse, el salirse del lugar. Narración que desemboca en él: en su pérdida, en el no logro: el logro a medias que desanima más. El perder, ¿de quién es esa mujer? ¿de quién es la historia?
El periodista. El cuento es gráfico en todo lo demás y ayuda a verlo a él: se acomoda los lentes, tímidos estaban por la punta de la nariz. Todo se ve.
Situaciones. Situaciones difíciles de no imaginar, de no buscarlas. Sueños.
"Fotos"
Comentarios al respecto del relato "fotos" de R. Walsh
I Estructura cronológica y fragmentaria. Se combinan cambios bruscos de voz, con notas, cartas, pensamientos y diálogos. Por momentos parecen ser olvidadas las comillas y que nadie haya querido corregir al autor.
Pensamiento vinculado: ¿habrá mutado mucho la imagen de Walsh desde su presente a ese presente?
II Parecen presentes fuertes rasgos respecto a la personalidad del autor: conocimientos, ansias, expectativas y pensamientos: aunque "su verdadera vocación es el codillo".
III "Y se lo traga el tiempo, la tierra, la gran inundación de la memoria".
IV ¿Hacer permanecer el momento mediante la herramienta técnica (foto, escritura) o jugarse al recuerdo, la rememoración y "la leyenda"? ¿Cómo combinan ambas?
V Recursos que desconozco y no entiendo: ¿el "12" de qué tipo de mensaje se trata? ¿se tratará de alguna forma de telegrama? ¿Cómo se busca eso en el Google?
VI Letras repetidas, mayúsculas intencionadas y no necesarias ortográficamente, faltas ortográficas: ¿empiezo a buscar mensajes por todos lados? ¿será parte de mi personalidad esquisofrenica?
VII Juego entre dos personajes tan contrapuestos como familiares, paralelos y conocidos. Buenos amigos, personalidades conplementarias y opuestas: una misma persona.
VIII "Un cuento siempre tiene dos historias", "cada una de las historias se cuentan de un modo distinto" (Ricardo Piglia, "tesis sobre el cuento"). El negro y Maurico. Estela y Paulina. El padre del negro y la situación de un país.
IX El negro y Mauricio una persona desdoblaba. El "correcto" y el "chanta". El "Doctor" y el "Artista". El amante desenfrenado y el esposo contenedor. El irse y el venir. Sospechas de una lucha interna, de un "¡dale negro! que la vida es corta" y un volcarce al estudio del latin. Búsqueda de un equilibrio derrotado e imposible. Cómplice.
I Estructura cronológica y fragmentaria. Se combinan cambios bruscos de voz, con notas, cartas, pensamientos y diálogos. Por momentos parecen ser olvidadas las comillas y que nadie haya querido corregir al autor.
Pensamiento vinculado: ¿habrá mutado mucho la imagen de Walsh desde su presente a ese presente?
II Parecen presentes fuertes rasgos respecto a la personalidad del autor: conocimientos, ansias, expectativas y pensamientos: aunque "su verdadera vocación es el codillo".
III "Y se lo traga el tiempo, la tierra, la gran inundación de la memoria".
IV ¿Hacer permanecer el momento mediante la herramienta técnica (foto, escritura) o jugarse al recuerdo, la rememoración y "la leyenda"? ¿Cómo combinan ambas?
V Recursos que desconozco y no entiendo: ¿el "12" de qué tipo de mensaje se trata? ¿se tratará de alguna forma de telegrama? ¿Cómo se busca eso en el Google?
VI Letras repetidas, mayúsculas intencionadas y no necesarias ortográficamente, faltas ortográficas: ¿empiezo a buscar mensajes por todos lados? ¿será parte de mi personalidad esquisofrenica?
VII Juego entre dos personajes tan contrapuestos como familiares, paralelos y conocidos. Buenos amigos, personalidades conplementarias y opuestas: una misma persona.
VIII "Un cuento siempre tiene dos historias", "cada una de las historias se cuentan de un modo distinto" (Ricardo Piglia, "tesis sobre el cuento"). El negro y Maurico. Estela y Paulina. El padre del negro y la situación de un país.
IX El negro y Mauricio una persona desdoblaba. El "correcto" y el "chanta". El "Doctor" y el "Artista". El amante desenfrenado y el esposo contenedor. El irse y el venir. Sospechas de una lucha interna, de un "¡dale negro! que la vida es corta" y un volcarce al estudio del latin. Búsqueda de un equilibrio derrotado e imposible. Cómplice.
lundi 9 juin 2008
Opiniones de un estúpido sobre "Bing"
No entiendo mucho.
Parece describir una mirada con alguna carga de cocaína y lo que sería, de alguna manera, un espacio. La droga esta presente. Obviamente este es un problema: es la problemática de buscar elementos tradicionales de una narración en un texto que, justamente, las rompe. Pero es que si no las hubiese buscado quizás no me hubiese enterado de que alguna manera las rompe. No lo sé.
El deleite estético existe. Sin duda, es un texto pecaminoso y me obliga a repetir "¡si esta re bueno!" (sí, con todo ese entusiasmo).
La repetición de las palabras, incluso dentro de una misma frase, dan ritmo y resultan un "ese algo" -frases que no dicen nada presentes en este, mí, texto.
Bing, quizás un personaje o toda una situación. Ojalá que nada de eso. ¡¿"Hop"?!
Parece un experimento, pero no de esos de "el laboratorio de Dexter". Aunque tampoco sé si artístico, aunque lo debe ser.
Pide, al parecer mucho al lector. O nada. Quizás que no piense y disfrute del leer. Del ritmo, del sonido. Es que no pensar con algo tan provocador puede resultar una tarea no fácil. Lo peor es que es tan breve que se invita a releer y buscar algo que tranquilice.
Quizás mi poca visión del mundo, mi nula idea y ese aconstumbramiento de mis ojos a novelas románticas de finales felices sean causa del no-logro al enfrentarme a la continuación de palabras.
Quizás si esta lectura no me hubiese encontrado en el marco de esta materia, podría asegurar fervientemente que se trata de una porquería.
Una porquería descolocante, con ritmo. Con música de percusión. Repetir para seguir con la melodía. Repetir, seguir con la melodía y repetir para no perder el ritmo. Si uno se pierde, volver a empezar.
Ritmo: relaciones que se dan con procedimientos técnicos. Repetición y velocidad: experimentación con el ritmo.
Parece describir una mirada con alguna carga de cocaína y lo que sería, de alguna manera, un espacio. La droga esta presente. Obviamente este es un problema: es la problemática de buscar elementos tradicionales de una narración en un texto que, justamente, las rompe. Pero es que si no las hubiese buscado quizás no me hubiese enterado de que alguna manera las rompe. No lo sé.
El deleite estético existe. Sin duda, es un texto pecaminoso y me obliga a repetir "¡si esta re bueno!" (sí, con todo ese entusiasmo).
La repetición de las palabras, incluso dentro de una misma frase, dan ritmo y resultan un "ese algo" -frases que no dicen nada presentes en este, mí, texto.
Bing, quizás un personaje o toda una situación. Ojalá que nada de eso. ¡¿"Hop"?!
Parece un experimento, pero no de esos de "el laboratorio de Dexter". Aunque tampoco sé si artístico, aunque lo debe ser.
Pide, al parecer mucho al lector. O nada. Quizás que no piense y disfrute del leer. Del ritmo, del sonido. Es que no pensar con algo tan provocador puede resultar una tarea no fácil. Lo peor es que es tan breve que se invita a releer y buscar algo que tranquilice.
Quizás mi poca visión del mundo, mi nula idea y ese aconstumbramiento de mis ojos a novelas románticas de finales felices sean causa del no-logro al enfrentarme a la continuación de palabras.
Quizás si esta lectura no me hubiese encontrado en el marco de esta materia, podría asegurar fervientemente que se trata de una porquería.
Una porquería descolocante, con ritmo. Con música de percusión. Repetir para seguir con la melodía. Repetir, seguir con la melodía y repetir para no perder el ritmo. Si uno se pierde, volver a empezar.
Ritmo: relaciones que se dan con procedimientos técnicos. Repetición y velocidad: experimentación con el ritmo.
Breves reseñas acerca el ciclo de la vida.
Luego puerro ya no queda. Ya no queda hoja, no queda agua, no queda hormiga. Hormiga corre vida, corre hoja, corre tierra. Corre tierra, luego puerro ya no queda.
Ya no queda puerro, no queda bicho, queda juego. Juego trae agua, trae tierra, trae vida. Trae vida, trae agua, trae tierra. Trae juego, trae niño, trae pie. Trae pie, luego hormiga ya no queda.
Luego hormiga ya no queda. Queda juego, queda pie, queda niño. Niño trae tierra, trae agua, trae vida. Vida trae agua, trae tierra, trae hoja. Hoja trae planta, trae vida, trae madre. Madre corre maceta, corre niño, corre pie. Luego pie ya no queda.
Luego pie ya no queda. Ya no queda madre, no queda juego, no queda niño. No queda niño, queda tierra, queda agua, queda vida. Vida trae agua, trae tierra, trae hoja. Hoja trae planta, trae vida, trae puerro. Puerro trae vida, trae hoja, trae hormiga. Hormiga corre vida, corre hoja, corre tierra. Corre tierra, luego puerro ya no queda.
Ya no queda puerro, no queda bicho, queda juego. Juego trae agua, trae tierra, trae vida. Trae vida, trae agua, trae tierra. Trae juego, trae niño, trae pie. Trae pie, luego hormiga ya no queda.
Luego hormiga ya no queda. Queda juego, queda pie, queda niño. Niño trae tierra, trae agua, trae vida. Vida trae agua, trae tierra, trae hoja. Hoja trae planta, trae vida, trae madre. Madre corre maceta, corre niño, corre pie. Luego pie ya no queda.
Luego pie ya no queda. Ya no queda madre, no queda juego, no queda niño. No queda niño, queda tierra, queda agua, queda vida. Vida trae agua, trae tierra, trae hoja. Hoja trae planta, trae vida, trae puerro. Puerro trae vida, trae hoja, trae hormiga. Hormiga corre vida, corre hoja, corre tierra. Corre tierra, luego puerro ya no queda.
samedi 7 juin 2008
Sucucho.
Patio de cemento rojo -coloración la cual le brindó Juanca haciendo caso omiso de la vida útil de las medias (blancas y 3/4).
Patio de cemento rojo entre paredes, lugar de paso entre el living y esa amarilla cocina.
Puerta roja en el patio rojo. Puerta roja en el patio rojo conduce a la habitación de Cecilia. Habitación rosa y roja resuelta en unos pocos días por Juanca (obrero de la construcción por esos días, abuelo siempre).
Frente a la puerta roja de la habitación rosa y roja en el mismo patio rojo se impone la presencia del sucucho. Pared machimbrada para unir pared lateral del living con la pared sud oeste de esa amarilla cocina; el piso rojo y el techo blanco (con humedad).
Puerta machimbrada que no se distingue de la pared. Puerta machimbrada que no se distingue de la machimbrada pared, con manija. Manija, no picaporte. Ruidosa puerta machimbrada en machimbrada pared de la cual no se distingue, muy poco amable al momento de ser cerrada: necesario topetazo seco mientras se la levanta desde la manija mientras se la acomoda dentro del marco con el pie.
Porta lámpara. Porta lámpara y lámpara colgada ahí. En mi casa esas son "bombitas". Escobas.
Sucucho de pared machimbrada que une la pared lateral del living con la sud-oeste de esa amarilla cocina, el piso rojo y el techo blanco (con humedad), con manija, porta lámpara y lámpara colgada ahí: habitad natural del cuchufo camerdopardali. El cuchufo camerdopardali debía vivir de humedad y polvo, era lo único que había por ahí.
-¡Hey! No golpees que tu padre esta durmiendo -obviamente mi padre ni se enteró, estaba durmiendo.
El cuchufo camerdopardali me secuestró una vez que fuimos de vacaciones a Valeria del Mar. Recuerdo que para esa época ya sabía que camerdopardali era el nombre científico de la jirafa, o algo así.
Quizás sería bueno hablar del cuchufo camerdopardali, ó de su amigo: el pájarito malo. Pero bueno, eso ya es otra historia.
Próximos títulos:
Viajando con el Cuchufo Camerdopardali.
La feliz historia del Pájarito Malo.
Juanito: el tercero en discordia.
La casa vieja.
¿Juanca?
Patio de cemento rojo entre paredes, lugar de paso entre el living y esa amarilla cocina.
Puerta roja en el patio rojo. Puerta roja en el patio rojo conduce a la habitación de Cecilia. Habitación rosa y roja resuelta en unos pocos días por Juanca (obrero de la construcción por esos días, abuelo siempre).
Frente a la puerta roja de la habitación rosa y roja en el mismo patio rojo se impone la presencia del sucucho. Pared machimbrada para unir pared lateral del living con la pared sud oeste de esa amarilla cocina; el piso rojo y el techo blanco (con humedad).
Puerta machimbrada que no se distingue de la pared. Puerta machimbrada que no se distingue de la machimbrada pared, con manija. Manija, no picaporte. Ruidosa puerta machimbrada en machimbrada pared de la cual no se distingue, muy poco amable al momento de ser cerrada: necesario topetazo seco mientras se la levanta desde la manija mientras se la acomoda dentro del marco con el pie.
Porta lámpara. Porta lámpara y lámpara colgada ahí. En mi casa esas son "bombitas". Escobas.
Sucucho de pared machimbrada que une la pared lateral del living con la sud-oeste de esa amarilla cocina, el piso rojo y el techo blanco (con humedad), con manija, porta lámpara y lámpara colgada ahí: habitad natural del cuchufo camerdopardali. El cuchufo camerdopardali debía vivir de humedad y polvo, era lo único que había por ahí.
-¡Hey! No golpees que tu padre esta durmiendo -obviamente mi padre ni se enteró, estaba durmiendo.
El cuchufo camerdopardali me secuestró una vez que fuimos de vacaciones a Valeria del Mar. Recuerdo que para esa época ya sabía que camerdopardali era el nombre científico de la jirafa, o algo así.
Quizás sería bueno hablar del cuchufo camerdopardali, ó de su amigo: el pájarito malo. Pero bueno, eso ya es otra historia.
Próximos títulos:
Viajando con el Cuchufo Camerdopardali.
La feliz historia del Pájarito Malo.
Juanito: el tercero en discordia.
La casa vieja.
¿Juanca?
mardi 3 juin 2008
lundi 2 juin 2008
porque a mi generación no le importa tu opinión.
libertad de vocabulario. no tengo la culpa de ciertas palabras. y no me importa.
Inscription à :
Articles (Atom)